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Terapia EMDR
¿En qué casos podemos utilizar EMDR?
Podemos utilizar la terapia EMDR para problemas como:
- Trastornos de ansiedad (fobias, ataques de pánico, etc.).
- Trastorno de Estrés Postraumático.
- Depresión.
- Trastornos disociativos.
- Duelos o pérdidas.
- Trastornos del sueño.
- Abuso y adicción a sustancias.
- Violencia y abuso psicológico, físico y sexual.
¿Cómo es una terapia EMDR?
La terapia EMDR se utiliza para trabajar recuerdos concretos que están relacionados con emociones actuales. Si queremos que ciertas situaciones del presente no activen ciertas emociones, y comprobamos en terapia que están relacionadas con el pasado, esta técnica nos puede ayudar mucho.
Es una terapia que consta de diferentes fases. En las primeras, paciente y terapeuta hablamos sobre los problemas que trae el paciente y planteamos hipótesis sobre sus causas. También enseñamos a los pacientes técnicas de relajación, contacto con la seguridad y gestión emocional para poder iniciar las siguientes fases.
Cuando estamos preparados, comenzamos con las fases de procesamiento de recuerdos. En ellas, el paciente contacta brevemente con el recuerdo y las creencias y emociones unidas a él, junto con las sensaciones físicas que le provoca. Después de esta conexión, va apareciendo la asociación espontánea con otras sensaciones, pensamientos, recuerdos, lo cual llamamos reprocesamiento, a través de la estimulación bilateral, generalmente mediante movimientos oculares, aunque también se pueden utilizar el tapping (estimulación táctil) y los tonos auditivos. Mediante este reprocesamiento, las creencias, emociones y sensaciones de la persona pueden ir cambiando, ya que se activan los mecanismos propios de curación del cerebro.
Es importante tener en cuenta no solo el recuerdo traumático, sino las experiencias previas a dicho recuerdo, que pueden tener asociaciones similares y también influir en la sintomatología de la persona.
La terapia EMDR se puede utilizar de manera íntegra para intervenir en trauma, pero también puede ser un tipo de terapia adicional en otro tipo de psicoterapias más verbales.
¿Qué hace el paciente en la terapia EMDR?
Como paciente lo único que tienes que hacer es dar la información que te vaya pidiendo el psicoterapeuta. Después, ambos acordaréis los temas a trabajar y se irá accediendo a los recuerdos más relevantes de cada uno de ellos para su procesamiento, concretando una imagen negativa de dicho recuerdo, la creencia negativa que aparece sobre uno mismo, la emoción y la sensación corporal al pensar en el acontecimiento, y la creencia positiva que podría cambiar la perspectiva sobre la vivencia.
En el procesamiento del recuerdo, solo debes seguir los movimientos del terapeuta y decirle lo que estás experimentando cuando te lo pida. El cerebro se encargará de todo, y no debes esperar que pase nada en concreto, todo lo que venga, está bien.
Pero, ¿cómo funciona el EMDR?
Para comprender cómo funciona esta terapia, es importante saber cómo se almacenan los recuerdos en nuestro cerebro. Cuando tenemos una experiencia, el cerebro recoge la información que percibe a través de los sentidos y, una vez allí, asocia ciertas emociones y pensamientos con él para que nos sirva como referencia para el futuro. Si de pequeño todo el fuego y me quemo, mi cerebro asociará esta experiencia a dolor, peligro, etc. para que no vuelva a hacerlo. Este ejemplo es muy sencillo, pero experiencias más difíciles son almacenadas con asociaciones más complejas.
La terapia EMDR (Eye Movement Desensitization and Reprocessing), es un método de psicoterapia basado en los movimientos oculares. Estos ayudan a que el cerebro active las conexiones entre sus hemisferios para que el área que contiene los recuerdos y las áreas que los asocian con las emociones y pensamientos, se activen, y las asociaciones recuerdo-emoción-pensamiento puedan modificarse.
Con esta técnica, lo que hace el cerebro es viajar en el recuerdo de manera inversa. Cuando vivimos una experiencia, el cerebro la almacena del principio al final, y cuando realizamos la técnica EMDR, el cerebro recorre esa experiencia almacenada desde el final hasta el principio.
Los inicios del EMDR
Esta terapia fue descubierta por la psicóloga Francine Saphiro en la década de los 80, cuando comprobó que la intensidad de la angustia de los pensamientos negativos se reducía con movimientos oculares voluntarios, y estudió su efecto en pacientes que padecían Trastorno de Estrés Postraumático con resultados beneficiosos sobre su sintomatología. Desde aquella época hasta ahora, la investigación sobre este tipo de terapia ha ido en aumento. Desde 2013, la OMS recomienda el EMDR para el tratamiento de los trastornos relacionados con trauma.
¿Con qué problemas nos puede ayudar el EMDR?
Algunas de nuestras vivencias como el fallecimiento de un ser querido, tipos de abusos psicológicos, físicos o sexuales, ser testigo de una catástrofe, experiencias de rechazo continuadas, etc., pueden provocar un bloqueo de nuestro sistema por no poder abordar su elaboración. En este caso la experiencia no se puede almacenar en el cerebro con sus asociaciones (ya sean a emociones o pensamientos agradables o desagradables), sino que el recuerdo queda desconectado, sin almacenarse en su lugar.
Un trauma es una herida psicológica y puede aparecer por un hecho traumático claro, o por la acumulación de hechos a los que podemos no dar importancia, pero van hiriendo a la persona (humillaciones, sensación de desprotección, situaciones de rechazo, etc.).
En definitiva, puede ayudar a cualquier problema que pueda estar relacionado con experiencias traumáticas anteriores, siempre teniendo en cuenta que el trauma no es solo una experiencia catastrófica, sino que puede considerarse así por la acumulación de experiencias que hayan herido psicológicamente a la persona. Si te interesa saber más sobre esta técnica y crees que puede ser útil en tu caso, contacta conmigo aquí.
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